miércoles, marzo 28, 2007

MI MUJER TIENE CANCER DE MAMA


LOS MARIDOS HABLAN (I)

'Mi mujer tiene cáncer de mama'


MARÍA VALERIO (elmundo.es)

¿Qué le digo? ¿Cómo debo actuar con ella? ¿Cuándo podremos retomar las relaciones sexuales?... Son muchas las dudas y los miedos que experimentan los maridos y compañeros de las mujeres con cáncer. Ellos son también, a su manera y en segundo plano, víctimas de la enfermedad.

Según explica a elmundo.es Francisco Montesinos, psicólogo de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), la forma de vivir un diagnóstico de cáncer depende de muchos factores, entre ellos del tipo de tumor y su pronóstico, los recursos psicológicos y la personalidad de cada individuo; o cómo era la relación de pareja antes del diagnóstico.

"Mi experiencia me indica que a menudo el hombre sufre tanto o más que su mujer, porque se ponen en marcha mecanismos de identificación con el sufrimiento de la pareja", explica este especialista a elmundo.es. "Ellas tienen más recursos psicológicos para hacer frente al dolor físico, más capacidad de adaptación", añade. "Los hombres suelen venirse más abajo".

Félix, que ahora tiene 52 años, recuerda el diagnóstico de su mujer, hace ya 17 años, como una sensación muy extraña. "Se oscurece la vida, no ves nada. Volvíamos de Madrid a Valdepeñas, donde vivimos, tras conocer la noticia y tuve que parar el coche porque no me permitía conducir. No veía nada".

Josefa, su mujer, tuvo una recaída a los cinco años de haber padecido un primer tumor y eso ha marcado a lo largo de todo este tiempo la relación de su marido con la enfermedad. "Los psicólogos me dicen ahora que el cáncer ha ganado demasiado terreno en mi cabeza", admite. "Te cambia la vida, te trastoca todo. Siempre se tiene miedo".

Cambio de roles

A ellos les toca, explica Montesinos, ocupar durante el proceso el papel de cuidador que tradicionalmente representan las mujeres en la familia, y no todos los varones son capaces de asumir su nuevo rol con naturalidad. No existen cifras exactas, admiten las asociaciones, pero no son pocas las parejas que se rompen durante la enfermedad.

Según este psicólogo, la edad se convierte en algunos casos en un factor determinante; y cada vez se advierte más en las consultas el cambio de comportamiento de los jóvenes, más implicados en la enfermedad de su mujer. "Las relaciones son ahora más flexibles, más igualitarias", apunta, "y la comunicación entre los dos miembros juega un papel muy importante. Es una cuestión de educación".

No todos compañeros 'tocados' por el cáncer están dispuestos a pedir ayuda, a reconocer que ellos también están sufriendo. Muchos hombres tienden a evitar compartir sus sentimientos con la paciente para no preocuparla y, al final, ella lo nota. "Lo mejor es compartir el peso del cáncer entre los dos".

Y hablar, hablar mucho. Del miedo, de sexo, de los tratamientos, de la compra diaria, de los niños... Los psicólogos coinciden en que la comunicación entre ambos es fundamental para que la mujer se sienta acompañada en su diagnóstico. A Félix, por ejemplo, no le gusta demasiado hablar del tema. "A ella le viene bien pertenecer a una asociación de mujeres con cáncer de mama, pero para mí estar revolviendo todo el día lo mismo es nefasto", confiesa. Ni siquiera durante la enfermedad quiso saber demasiado. "¿Para qué? Yo lo que quería era vivir el día a día".

Perder el pecho

"Para mí no fue nada traumática la pérdida del pecho, ni la reconstrucción, que ella dice que se hizo por mí", relata desde Valdepeñas este abogado. Aún recuerda cómo vio la cicatriz a los pocos días de la intervención, "se la besé, le puse la mano encima. No me impresionó nada. Hicimos el amor".

En cambio, fuera de casa Félix sentía rechazo por el resto de las mujeres, "veía un escote y miraba para otro lado". Su mente, dice, se amparó en que "aquello" le daba igual. "La solución era que el pecho de otras me resultaba totalmente indiferente". Mirando al pasado reconoce que si pudiera volver atrás pediría el apoyo psicológico que no tuvo en su momento, "haría que la enfermedad me afectara menos".

Él no es el único. Las consecuencias de un cáncer de mama afectan tanto a hombres como a mujeres. Una de sus principales consecuencias, sobre todo si se trata de un tumor de mama que requiere la extirpación total del pecho, tiene que ver con las relaciones sexuales. Aunque ellas son más proclives a abordar sus preocupaciones y sus problemas de autoestima tras la mutilación, muchos maridos tienen miedo. Un miedo que es interpretado por las mujeres como falta de interés, pero que a menudo lo que refleja en realidad es el temor del varón a poder hacerle daño, a lastimarla...

"En los talleres y en las consultas psicológicas que tenemos en la AECC insistimos en que la sexualidad tiene que ver con todo el cuerpo, no con una sola parte", indica Montesinos. A pesar de ello, admite, mucha gente tiene sus propios bloqueos personales "y esto se acrecienta cuando ha habido un cáncer de mama. La sexualidad es un tema en el que los españoles aún tienen mucho que aprender".

Los psicólogos también recomiendan a los cuidadores que se dejen algo de espacio propio para hacer otras cosas, que el cáncer no cope el cien por cien de su tiempo. "Eso no quiere decir que se vayan a olvidar de la enfermedad", apostilla el especialista de la AECC, "pero es importante que no abandonen por completo todo lo que hacían antes". Quedar con los amigos, leer o practicar algún deporte pueden convertirse en excelentes válvulas de escape para liberar tensiones.

Félix optó por refugiarse en el trabajo; "al menos eso dice mi familia. Así que supongo que tendrán razón". Hace un mes que acudieron a la última revisión. Todo sigue bien.

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