miércoles, julio 09, 2008

TÉCNICA PIONERA PARA EXTIRPAR TUMOR

CIRUGÍA MÍNIMAMENTE INVASIVA
Una técnica pionera permite extirpar un tumor y dar radioterapia al mismo tiempo

MARÍA VALERIO
MADRID.- La radioterapia administrada dentro del quirófano podría convertirse en el futuro en una alternativa para los pacientes con cáncer de colon. El Hospital Gregorio Marañón de Madrid ha presentado esta técnica pionera en España que permite administrar la radiación prácticamente en el mismo quirófano después de extirpar el tumor mediante cirugía mínimamente invasiva.
Desde noviembre del año pasado se ha tratado ya mediante esta modalidad a 16 pacientes (la mitad hombres y la mitad mujeres) con cáncer colorrectal localmente avanzado. El nuevo procedimiento les ha permitido irse a casa en la mitad de días (sólo cuatro) y ahorrarse hasta dos semanas de radioterapia externa después de la cirugía.
Para estos tumores avanzados, el tratamiento estándar combina la cirugía (para extirpar la masa tumoral), la radiación del lugar que ocupaba el cáncer y quimioterapia, para 'eliminar' el resto de células tumorales que puedan quedar en el organismo del paciente.
En el centro madrileño han logrado combinar la cirugía mínimamente invasiva y la radioterapia intraoperatoria para mejorar su calidad de vida y reducir su estancia hospitalaria. "Estas intervenciones tienen el mismo porcentaje de curaciones y un mínimo impacto biológico para el paciente, que puede recuperarse más rápidamente", ha destacado ante la prensa el doctor Felipe Calvo, responsable de este programa que él mismo ha calificado de "pequeña genialidad médica".
Trasladar al paciente anestesiado
Para lograrlo, un equipo de cirujanos, oncólogos radioterápicos y otros profesionales sanitarios lleva trabajando 14 años. Los primeros operan al paciente mediante laparoscopia, haciéndole unas mínimas incisiones en el abdomen para extirpar el tumor del colon; una operación que se va siguiendo desde el exterior mediante unas microcámaras instaladas en el laparoscopio (el tubo flexible que se introduce en el organismo del paciente).
El tumor se extrae por una incisión de entre cinco y seis centímetros (algo mayor para las mujeres que para los hombres), y todavía anestesiado se traslada al paciente al acelerador linear, la máquina que administra la radioterapia. El haz de radiaciones se introduce en su organismo a través de un tubo rígido de metacrilato que dirige la radiación exactamente hasta el lugar deseado: el lecho en el que estaba el tumor, y donde han podido quedar células cancerosas sin extirpar. "La canalización de la radiación nos permite un máximo control", ha señalado el oncólogo, "protegiendo al máximo los órganos sanos para que permanezcan fuera del campo de radiación".
Al finalizar, se lleva de nuevo al paciente al quirófano para retirarle los tubos transparentes y acabar de coser la incisión. En total, la operación dura entre dos y tres horas ("en los casos más complicados"), según ha explicado el doctor Calvo.
La dosis que se administra intraoperatoriamente equivale aproximadamente a unas dos semanas de sesiones de radioterapia normal, es decir, aplicada externamente. Por ello, los pacientes tratados con el nuevo sistema tienen todavía que recibir otros dos tercios de la terapia por la vía tradicional. Los 16 pacientes pioneros en el uso de esta técnica continúan en la actualidad su seguimiento.
Según ha explicado el doctor Rafel Herranz Crespo, jefe del servicio de Oncología Radioterápica del Gregorio Marañón, aproximadamente el 75% de las personas con algún cáncer pasa en algún momento por el servicio de radioterapia. Aunque la nueva técnica está aún dando sus primeros pasos, Felipe Calvo considera que podría ser el tratamiento estándar para el 50% de los casos de cáncer colorrectal avanzado en el futuro; aunque ha señalado que habrá que avanzar hacia el uso de aceleradores portátiles, disponibles en el propio quirófano, sin necesidad de desplazar al paciente.
La experiencia hasta ahora demuestra que no existe mayor riesgo de infección ni complicaciones para estas personas. Aunque la rigidez del tubo que canaliza el haz de radioterapia impide que de momento se pueda emplear en algunos tumores, de difícil acceso por la propia anatomía del cuerpo humano.
El mismo hospital está desarrollando un navegador virtual que permitirá planificar la radiación en tres dimensiones antes de iniciar el tratamiento real, tal y como ha anunciado también el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, presente en el acto.


tomado de elmundo.es

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