Cáncer es una palabra aterradora social y culturalmente hablando. La experiencia traumática para un padre o familiar que recibe esa noticia es inminente y se asocia con muerte, tristeza y temor.
Sin embargo, hay otra cara, una cara menos visible pero más amable. Una cara que nos muestra que el progreso de los tratamientos y la organización de todas las intervenciones alrededor de los pacientes pediátricos, aumentan notablemente las posibilidades de curación de estos niños, cuando se trata de forma oportuna y adecuada.
Es una mirada optimista de la situación, en donde hay un aprendizaje indescriptible, en donde desde la enfermera, pasando por el médico especialista hasta las entidades de apoyo, aprenden y se unen para sobrellevar la situación.
Este boletín nos narra el CÁNCER como una EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE y no como una caída inevitable hacia la muerte.
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