16 años se dicen pronto

16 años se dicen pronto, pero si miramos hacia atrás, han sido 16 años recorriendo un camino juntos, cientos de personas diferentes, personas que depositaron su confianza en nosotros y hoy estoy agradecida por ello.

Quién me diría, que Dios, la vida y el cáncer, me llevarían por una vida de servicio muy diferente al imaginado, he conocido a lo largo de estos años historias de vida que me han dejado grandes enseñanzas, he conocido personas extraordinarias que dejan huella en este mundo de una manera muy personal e inconfundible, sin duda cada uno de ellos son inspiración no solo para mí, también para todos aquellos que les conocen o conocieron.

Esperanza Viva nació hace 16 años para transformar dolor en esperanza, para acompañar, para reconocer en cada persona la dignidad con la que merecemos vivir.

Tener una enfermedad como el cáncer requiere de “empoderamiento” una palabra muy usada en los últimos tiempos, pero vital a la hora de gestionar una “atención integral”, los pacientes de hoy no son los pacientes de antaño, hoy en día tenemos derechos, leyes que nos protegen, conocemos más de nuestra enfermedad y autogestionamos nuestro bienestar, tenemos cuidadores que se implican al igual que nosotros en recobrar nuestra salud y calidad de vida.

Para la Fundación Esperanza Viva educar ha sido muy importante, proporcionar conocimientos y habilidades marcan la diferencia a la hora de navegar en el sistema de salud, tenemos usuarios que reconocen los recursos existentes para una atención integral, oportuna, continua, con calidad, seguridad, eficacia y dignidad, usuarios que se implican en la protección de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.

En 16 años no hemos dejado de sentir “pasión”, es la pasión por la vida, por hacer visibles las necesidades de nuestra comunidad, pasión por el bienestar y por el respeto que merecemos los seres humanos.

Mi memoria a veces falla, ya sea por los años o por cualquier otra cosa, pero hay algo que no olvido y es esa sensación indescriptible que da el poder ayudar a alguien a tener un poquito de esperanza, porque un poquito de esperanza puede hacer un mundo de diferencia.

GRACIAS !! por estos 16 años, por confiar en nuestro trabajo, por transformar dolor en esperanza y marcar la diferencia.

Nury Esperanza Villalba Suárez

Directora Ejecutiva

Fundación Esperanza Viva.