Niños con cáncer no obtienen tratamiento oportuno por trabas administrativas
Entre el 80 y el 90 por ciento de los niños de 0 a 14 años que padecen cáncer están en condiciones de curarse.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, que junto con el Instituto Nacional de Cancerología y la Liga contra el Cáncer lideraron ayer un foro sobre el tema, el país registra uno de los índices de mortalidad por cáncer en niños más altos de la región.
Datos del Dane (1999) indican que este mal es la principal causa de muerte por enfermedad en Colombia entre los niños. Mientras en el mundo cerca del 10 por ciento de los fallecimientos de menores de 15 años ocurren por esta causa, en el país ese porcentaje es del 12,3 por ciento.
Soledad López, de la Fundación Funstall -casa hogar que alberga a niños del campo que viajan a Bogotá a recibir tratamiento- dice que el aumento de cobertura ha permitido detectar esos casos.
Soledad López, de la Fundación Funstall -casa hogar que alberga a niños del campo que viajan a Bogotá a recibir tratamiento- dice que el aumento de cobertura ha permitido detectar esos casos.
"Sin embargo, la atención que reciben deja mucho qué desear. No recuerdo casos de niños que no hayan tenido que enfrentarse a trabas para acceder a los tratamientos", cuenta López.
La principal es la solicitud de autorizaciones: "Por ejemplo, para la cita con el especialista, deben ir al norte; para pedir un examen, al sur, y para reclamar medicamentos, al centro; los papás, además, tienen que recoger los resultados y atravesar la ciudad para llevarlos.
Todo se cruza con demoras y solicitudes de papeles. El bolsillo de un papá del campo no resiste tanto", dice.
Carlos Vicente Rada, director del Instituto Nacional de Cancerología, coincide en la denuncia, y señala otros problemas: "Los médicos que reciben por primera vez los casos no están diagnosticando la enfermedad a tiempo. Los niños empiezan tarde sus tratamientos", dice.
Carlos Vicente Rada, director del Instituto Nacional de Cancerología, coincide en la denuncia, y señala otros problemas: "Los médicos que reciben por primera vez los casos no están diagnosticando la enfermedad a tiempo. Los niños empiezan tarde sus tratamientos", dice.
La viceministra de Salud y Bienestar, Blanca Cajigas, reconoció que existen barreras importantes, tanto para los niños que viven en áreas apartadas como para aquellos que deben enfrentar los trámites de las aseguradoras.
"La enfermedad está cubierta por el sistema, así que el problema ahora es que los pacientes puedan acceder, de manera efectiva y oportuna, a todos los tratamientos que contienen los planes de beneficios", dijo la Viceministra.
Conminó a la Superintendencia Nacional de Salud y a las Secretarías Departamentales de Salud para que hagan la vigilancia respectiva e invitó a la gente a denunciar estos casos. "A las aseguradoras que dilatan los tratamientos les caben sanciones que contemplan hasta la suspensión de la licencia", advirtió.
"La Defensoría recibe a diario, en sus 37 seccionales, quejas por desatención de estos pacientes. Eso aumenta la mortalidad entre los niños. No es un mal infrecuente: cada año se detectan en el país 1.120 nuevos casos", asegura Vólmar Pérez, defensor del Pueblo.
"La enfermedad está cubierta por el sistema, así que el problema ahora es que los pacientes puedan acceder, de manera efectiva y oportuna, a todos los tratamientos que contienen los planes de beneficios", dijo la Viceministra.
Conminó a la Superintendencia Nacional de Salud y a las Secretarías Departamentales de Salud para que hagan la vigilancia respectiva e invitó a la gente a denunciar estos casos. "A las aseguradoras que dilatan los tratamientos les caben sanciones que contemplan hasta la suspensión de la licencia", advirtió.
"La Defensoría recibe a diario, en sus 37 seccionales, quejas por desatención de estos pacientes. Eso aumenta la mortalidad entre los niños. No es un mal infrecuente: cada año se detectan en el país 1.120 nuevos casos", asegura Vólmar Pérez, defensor del Pueblo.
'La vida se nos va en vueltas'
La vida de Ricardo Sotomayor, mecánico, y su esposa Rosa Esquivel ha estado dedicada, en los últimos dos años, a luchar contra el cáncer que le detectaron en agosto del 2005 a su hijo Juan Camilo, de 6 años. Los primeros médicos que lo vieron, cuando llegaron consultando por unos ganglios inflamados en el cuello, fue amigdalitis, en tres ocasiones, y luego paperas.
En todos los casos Juan Camilo consumió los antibióticos que le ordenaron. Al final consultaron en el hospital de Engativá, donde tres días después supieron que su hijo tenía leucemia.
"No estábamos afiliados, pero sí teníamos Sisbén.
El tratamiento, hasta septiembre pasado, se lo hicieron todo en el Instituto Nacional de Cancerología. Nos afiliamos a una EPS y ahí empezó el calvario. La vida de Ricardo, que a veces no puede ni trabajar, la del niño y la mía se nos va en pedir autorizaciones y rogar por toda la ciudad", dice Rosa.
(TOMADO DEL TIEMPO.COM )
Ojo la peor de todas es CRUZ BLANCA, le acaba la vida a la gente en papeleo, vueltas y desgaste fisico de los pacientes remitiendolos de extemos a extremos, necesitamos la intervenciòn del gobierno en la politica de salud para que mejore la prestaciòn del servicio.
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