Me correspondió el enorme honor de proponer a una mujer por el departamento de Santander, y ella obtuvo uno de los galardones más esperados, la mención número uno de honor, enseguida de la ganadora, honor que compartió con la sencillez que siempre la ha caracterizado.
Nury Esperanza Villalba Suárez, la directora ejecutiva de la «Fundación esperanza viva», obtuvo ese galardón en una ceremonia seria y perfecta, donde se congregan los dirigentes sociales nacionales que reconocen la labor que ellas, Nury y las demás mujeres seleccionadas, hacen por este país, para volverlo más amable, y comprender que cuando se ayuda de una manera desinteresada, ejemplar y pensando solo en las demás personas la vida premia y recompensa.
La labor de Nury Esperanza es absolutamente interesante. Está entregada de lleno a ayudar a los niños y personas que hoy tienen cáncer, y cuyas posibilidades de vida son bien difíciles. Ella comprendió que de no actuar a tiempo muchos de esos niños no podrían prolongar sus vidas, o salvarlas definitivamente, porque algo terrible que ocurre en este país es que los más sencillos, los que menos tienen, son los que más necesitan de la compañía y de la voz que reclame por ellos ante las entidades de salud, por los medicamentos, muchas veces negados, pero que son la vida; son la salvación.
Nury Esperanza ha emprendido esa batalla, sola, con las uñas, estudiando, sufriendo, trasnochando, enfrentándose a los que tienen, como son las EPS; luchando por los suyos, para darles una calidad de vida, y una esperanza a las familias que hoy viven un verdadero calvario, un dolor que no reconocemos y ese eterno sufrimiento de ver al niño enfermo de cáncer y con muy pocas posibilidades de vida.
Pero la labor de Nury Esperanza no es solo conseguir los costosísimos medicamentos para la enfermedad. Ella ayuda a que los niños cumplan sus sueños, y hace hasta lo imposible por conseguir, por ejemplo, que un niño quiso ir a la Armada Nacional y logró que allí, del comandante para abajo, acogieran al niño varios días en sus barcos y le dieran ese pedazo de felicidad en sus frágil vida.
Le piden conocer a personajes de la farándula, nacional e internacional, y los busca y compromete; y les pide que estén con los niños y aprecien que para sus vidas esa compañía es de un alto significado.
Yo la conozco muy bien, y la he visto luchar a pesar de soportar, ella misma, la enfermedad de la leucemia que antes que derrotarla le dio las fuerzas suficientes para llegar hoy a estar en el podio de las mujeres más sobresaliente de este país.
La «Fundación esperanza viva» necesita de su apoyo, y hoy más que nunca Santander debe reconocerle ese esfuerzo, y elevar a esta mujer sobresaliente al sitio que le corresponde.
Gracias por ser mujer, y dejar muy alto el nombre de las mujeres santandereanas.
Tomado del periódico EL FRENTE http://www.elfrente.com.co/index.php/opiniones/columnistas/item/3650-la-mujer-cafam-ejemplo-de-mujer.
Este artículo refelja lo que Esperanza significa para todos los que la conocemos
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