miércoles, julio 27, 2016

LA DIGNIDAD ES VITAL

Transcurría el mes, dentro de la “particular normalidad” de mis días, suena el teléfono, contesto y recibo una propuesta, regresar a las aulas de la universidad para dictar una cátedra, que no solo pretendía tocar de alguna manera la vida o el ejercer de aquellos estudiantes, sino que además podría tocar en un futuro la vida de sus pacientes………

Caminé al final de la tarde por aquel largo pasillo, donde algunos estudiantes esperaban al fondo, entramos al aula y empecé a relatarles la razón de por qué estaba yo allí, quería que vieran la importancia de un servicio humanizado en el tratamiento del cáncer, donde prima el respeto por la vida, los sentimientos, la espiritualidad y como una terapia llamada dignidad pueden marcar una gran diferencia.

Miraba sus rostros, sus posturas, sus ojos me contaban historias no dichas, fue entonces cuando decidí, que mi clase no estaría enmarcada por la teoría, sino por las vivencias, la palabra “CÁNCER” es una palabra que socialmente aun cuesta pronunciarla, porque se asocia a la muerte…….Está es una enfermedad que como lo afirmaba el Dr. Albert Jovell, es una enfermedad que se vuelve tres: la enfermedad orgánica, la emocional y la social.

Yo quería enseñarle a los estudiantes desde mi vivencia y la de muchos otros que convivimos con el cáncer, estos futuros enfermeros y enfermeras desde su ejercicio profesional pueden ser generadores de cambios importantes, el cáncer no solo marcará una diferencia en la vida de sus pacientes, también y sin darse cuenta marcará una diferencia en sus propias vidas.

Después de que sales del consultorio con un papel en la mano que confirma que tu vida ha cambiado, solo necesitas las manos que se extienden en el silencio para ayudarte a seguir el camino, sabrás quien es tu familia, tus verdaderos amigos y también habrá quien te sorprenda gratamente, entre esos los profesionales que se acerquen a tu cama en la estancia hospitalaria, durante un examen, en una sala de espera…..


Quise dejar muy claro, que para mí como enfermera y como paciente de cáncer la DIGNIDAD es vital, que el respeto por el otro, por sus ideas, por sus sentimientos, por sus miedos, por sus silencios, sus múltiples emociones, priman en un diagnóstico que durante muchos años significo muerte, hoy en día somos sinónimo de esperanza, de una nueva vida, de una vida diferente…...

Durante tres días quise dejar en su vida una semilla que de germinar serán las enfermeras y enfermeros que no solo tengan a mano una solución para el problema orgánico, sino que a través de saber escuchar a sus pacientes, tendrán una solución para el problema emocional y el social porque habrá germinado en ellos un gesto amable, una palabra de aliento, una mano que se extiende en el silencio……..los vi conmovidos, vi seres humanos dispuestos a cambiar el mundo como lo conocen para impregnarlo de DIGNIDAD……..


Gracias Álvaro por pensar en mí como alguien que podía aportar al conocimiento, pero sobre todo a la vida de estos jóvenes...

Jóvenes, gracias…..fueron 3 días de emociones, me llenó el corazón verlos conmovidos hasta las lágrimas, el don de la enfermería es uno de los mejores regalos que hemos recibido, en ustedes queda el TRANSFORMAR DOLOR EN ESPERANZA….



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