Los adolescentes sufren las consecuencias del retraso en el diagnóstico de cáncer
Una encuesta muestra que estos pacientes, debido a su edad, reciben peor atención
En España la tasa de cáncer entre los 15 y los 19 años ronda los 200 casos por millón
MARÍA VALERIO
(enviada especial a Berlín).- Ser adolescente no es fácil. Si a los complejos y problemas propios de la edad se le añade además un diagnóstico de cáncer, la cosa se complica. Un pequeño estudio británico presentado en el congreso europeo de cáncer que se celebra esta semana en Berlín (ECCO ESMO) ha puesto de manifiesto los problemas a los que se enfrentan estos jóvenes y el retraso que a menudo sufren hasta tener un diagnóstico definitivo.
Jay Wheeler tenía 14 años en 2006 cuando empezó a sufrir dolores de cabeza y despistes preocupantes. Su madre le llevó al médico de cabecera y al pediatra hasta en cinco ocasiones para descubrir la causa de aquello que empezaba además a causarle dolor en los brazos. Al principio, los médicos atribuyeron sus males simplemente al estrés propio de la edad y a unas migrañas.
Hizo falta visitar a un neurólogo y hacerle un TAC para comprobar que sufría un tipo de tumor cerebral, un meduloblastoma. Pero el suyo, no es el único caso de retraso en el diagnóstico del cáncer adolescente, según la encuesta llevada a cabo por Susie Pearce desde el University College de Londres (Reino Unido).
Pearce y su equipo entrevistaron a 24 jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, a los dos y a los cuatro meses de conocer su diagnóstico. Esta franja de edad representa únicamente el 2% de todos los casos de cáncer que se registran en el mundo, aunque la enfermedad constituye la segunda causa de muerte en estas edades (por detrás de los accidentes).
En España la incidencia de cáncer entre los 15 y los 19 años ronda los 200 casos por millón de habitantes, una cifra que se eleva hasta los 350 casos en la franja de 20 a 25 años. Más del 50% de estos tumores suelen ser los mismos que en los niños, aunque a menudo suelen tratarse en unidades de adultos debido a una falta de especialización.
Ese territorio intermedio entre la infancia y la edad adulta, a medio camino entre el pediatra y el médico de cabecera, podría ser una de las causas que explican por qué a menudo los tumores en esta edad se detectan demasiado tarde. Según esta pequeña muestra, el retraso se prolongó desde unas semanas en algunos casos hasta 11 años en el peor de los casos.
"Si mi hija hubiese tenido 40 ó 50 años, sus síntomas se hubiesen asociado al cáncer mucho antes", explica en esta iniciativa británica la madre de una joven de 22 años que falleció a causa de un cáncer de colon. La chica, una de las 24 encuestadas, reconocía antes de morir que se había acostumbrado a crecer con síntomas como dolor abdominal, sangrado en las heces o diarreas frecuentes, por lo que "a nadie se le encendió la lucecita de alerta".
"Si mi hija hubiese tenido 40 ó 50 años, sus síntomas se hubiesen asociado al cáncer mucho antes", explica en esta iniciativa británica la madre de una joven de 22 años que falleció a causa de un cáncer de colon. La chica, una de las 24 encuestadas, reconocía antes de morir que se había acostumbrado a crecer con síntomas como dolor abdominal, sangrado en las heces o diarreas frecuentes, por lo que "a nadie se le encendió la lucecita de alerta".
Para leer el artículo completo dar click en el siguiente link http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/09/21/oncologia/1253556895.html
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