A mi memoria viene el recuerdo de un niño inquieto por descubrir el mundo y por saberlo todo, tenias 10 años y aunque llegar a tu corazón no era tarea fácil, me dejaste entrar y me hiciste participe de alegrías, travesuras, tristezas y enojos, como aquel día de campo cuando eras solo un niño y por indicación médica no podías entrar en la piscina, me dijiste “¿por qué mi vida es así, por qué a mí me pasa todo?” te mire a los ojos y te dije: mírame, yo tampoco puedo entrar en la piscina, porque mi doctor quiere cuidarme, así como tu doctor te cuida a ti, para que estemos bien, son unas cosas por otras, ya llegará el día que puedas hacerlo….me miraste inconforme, asentiste con la cabeza y terminamos los dos metiendo los pies en la piscina…. Fue el principio de un lazo que se fortalecería con el tiempo y doy gracias por ello, me diste la oportunidad de conocerte y quedarme con todo lo mejor de ti.
Conocí tu alegría por tu primer amor, viviste esa ilusión que llena los días y las noches de quien se enamora, esa emoción por las llamadas , los mensajes y los encuentros, ese amor puro y trasparente, te hizo soñar y me compartiste tus sueños….
Conocí la complicidad con tu hermano, le diste un espacio enorme en tu corazón, él fue el mejor cómplice de tu vida, desde el primer día que nació, sería el hermano ideal, el que tú necesitarías para vivir este proceso, un hermano muy paciente, amoroso, de sonrisa dulce, que desde sus silencios te entregaría todo su amor, siendo menor que tú, parecía a veces el hermano mayor, lo dio todo para que estuvieras siempre bien.
Conocí que tú también querías transformar el mundo, lo supe cuando fui parte de una de tus tareas en el cole, querías que tu vida fuera una vida para ayudar a los demás y poco a poco orientaste tus pasos para ese fin, fue así como tiempo después recibí tu llamada, tu voz reflejaba una felicidad enorme!!
o Nury, voy a ser como usted….
o ¿Cómo yo?
o Siiiiiiiii ¡pasé en la UIS para enfermería!, ya verá que voy a ser
un enfermero excelente y voy a ayudar a mucha gente!!
Me llené de orgullo y te di los consejos que desde mi vivencia podía darte, te vi emocionarte con los primeros días de clases, me contaste de los trabajos, de los compañeros de la U, estabas muy, muy feliz, desde la hospitalización seguías dándolo todo, porque tú nunca renunciaste a nada por más difícil que fuera el camino, nunca abandonaste tu sueño de ser un enfermero al servicio de la humanidad…
Conocí a tus padres que fueron los padres escogidos por DIOS para ti, eran los que debían ser, los dos a tu vera, sosteniendo tu mano, acompañando tus días y tus noches, orientando tu camino, respondiendo tus preguntas, inyectando su energía, su fe y su amor a tu vida, ellos con amor incondicional vivieron contigo 20 años, los últimos 10 descubriendo a un JAIME EDUARDO que a medida que pasaba el tiempo se crecía en la adversidad, porque esa era tu naturaleza.
Si me preguntan cómo te recuerdo, puedo decirte que te recuerdo con amor, ese amor reciproco que tú me retaste a ganar, te recuerdo con abrazos sinceros, te recuerdo siendo un niño dibujando en el escritorio de mi oficina, te recuerdo corriendo sin parar y yo detrás de ti, te recuerdo con nuestros pies en el agua, te recuerdo lleno de esperanza viva, te recuerdo como un espíritu libre que peleó siempre contra las ataduras, te recuerdo con la alegría en tu voz de ese último mensaje en el whatsapp…..
Así te recuerdo JAIME EDUARDO, como un ángel que soñó con sanar, para ayudar la humanidad…..
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