ASCO adelanta 'on line' la mayoría de estudios sobre cáncer de su conferencia anual.
MADRID.- En un movimiento inusual y sin precedentes, la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), organizadora del congreso anual sobre cáncer más importante del mundo, ha decidido adelantar 'on line' algunos de los estudios científicos que se presentarán en Chicago a partir del próximo 30 de mayo.
Hasta ahora, la sociedad oncológica sólo adelantaba esta información a sus miembros varios días antes del congreso, lo que permitía a algunos doctores e inversores disponer de datos muy jugosos antes que el público en general. Y, en ocasiones, con importantes consecuencias en los mercados bursátiles, para beneficio o perjuicio de algunas compañías farmacéuticas.
Para evitar este 'tráfico de información', ASCO ha hecho públicos ya la mayoría de los 4.300 'abstracts' (un breve sumario con los principales resultados de un ensayo) que se darán a conocer en su 44 conferencia anual; aunque aún se guarda en la manga "algunas gemas preciosas", como llama el diario 'The Wall Street Journal' a las investigaciones más jugosas que no podrán conocerse hasta el congreso.
Entre los primeros datos publicados destaca un trabajo de la Clínica Mayo (en EEUU) que alerta del aumento de la tasa de mastectomías a las que se han sometido las mujeres con cáncer de mama en los últimos tres años. El análisis de las más de 5.400 mujeres con tumores en estadios iniciales (fases I y II) que pasaron por estas instalaciones entre 1997 y 2006, apunta a que el aumento del uso de la resonancia magnética nuclear como método diagnóstico preoperativo podría estar detrás de este aumento de la cirugía radical para extirpar la mama.
Aunque no se trata de cifras a nivel nacional, los autores del estudio consideran que sus conclusiones son extrapolables al resto del país, debido precisamente a la generalización del uso de la resonancia a partir de 2003. Este análisis demuestra que la elección de la cirugía más agresiva (en lugar de la tumorectomía que únicamente extirpa el tumor) cayó del 45% de 1997 al 30% en 2003, año en que inició un repunte que prosiguió hasta el 2006 (hasta el 43%).
Indagar en las causas
La evidencia ha demostrado que la mastectomía radical no mejora la supervivencia de las mujeres frente a las que optan por una cirugía más conservadora (seguida de radioterapia); aunque sí es una buena medida para controlar las recaídas a nivel local. Por eso, los investigadores sospechan que las mujeres optan por esta opción radical para 'ahorrarse' las mamografías y biopsias necesarias para controlar posibles recaídas. La resonancia antes de la cirugía es capaz de detectar lesiones en varias zonas de la mama, y aunque muchas de ellas son benignas y no necesitarían más que un estrecho seguimiento, muchas mujeres prefieren evitar esta ansiedad.
De hecho, según explicó en conferencia telefónica con medios de comunicación de todo el mundo Julie Gralow, de la Universidad de Washington (EEUU), el perfil de las pacientes que eligen la mastectomía corresponde a mujeres jóvenes, de buen nivel educativo y de raza blanca. En el trabajo, el 52% de las que se hicieron una resonancia acabó con una mastectomía; aunque habrá que seguir ahondando en el tema, admiten, porque la tasa de cirugías radicales aumentó incluso entre las que no se habían realizado esta prueba.
Otro de los grandes trabajos desembargados alerta del riesgo de problemas cardiacos que tienen los niños que sobreviven a un cáncer en su infancia. Una muestra de más de 14.000 supervivientes y 3.900 de sus hermanos, ha servido para demostrar que los problemas de corazón cinco años después del diagnóstico son cinco o 10 veces superiores que en los niños sanos de la misma edad.
Los pequeños que pasan por la experiencia de superar un tumor "tienen hacia los 20 años enfermedades que habitualmente sólo vemos en pacientes adultos", explica Daniel Mulrroney (de la Universidad de Minnesota, en EEUU): aterosclerosis, fallo cardiaco, infarto de miocardio...
A pesar de que su riesgo es mucho más significativo que el de sus hermanos, los investigadores insisten en que es un riesgo muy bajo (entre el 1% y el 4% de ellos sufre alguna de estas enfermedades), pero que habrán de aprender a tener en cuenta los especialistas para educar a padres y pacientes sobre la mejor manera de minimizar estos riesgos, y hacer un estrecho seguimiento para detectar a tiempo cualquier posible anomalía en su corazón.
TOMADO DE ELMUNDO.ES
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