Ayer, recorría las clínicas y hospitales de la ciudad, buscando
compromisos en la lucha contra el cáncer, explicaba al personal de salud el
objetivo de la campaña mundial de la UICC y como cada uno de nosotros, ya fuera
como individuo, colectivo o institución podemos generar un cambio para disminuir
las cifras del cáncer en el mundo.
Llegue al Hospital Internacional de Colombia, subí al piso de
oncología pediátrica y expliqué nuevamente la campaña, a mi izquierda había un pequeñín
dibujando sus manualidades en un verde intenso, él me escuchó atentamente y cuando terminé mi
explicación, fue el primero en decir, “Yo también me quiero comprometer” (confieso
que me sorprendió), “Pero vas a explicarme cada uno de esos letreros, para que
yo escoja los compromisos….Le respondí que lo haría encantada, poco a poco él
tomaba letreros y las separaba después de
escucharme.
Hubo un momento en que llegamos a letrero que decía “Pedir ayuda” y le
expliqué que las personas que estaban enfermas a veces necesitaban pedir ayuda
para sus tratamientos, él me respondió, “yo
no estoy enfermo” pero si puedo ayudar a las personas…..el corazón me latió muy
fuerte y me sobrecogí………..Como es posible que un ser tan pequeño con solo 5
años, conectado a una bomba de infusión con
su quimioterapia, al que constantemente
le realizan exámenes y tiene largos periodos de hospitalización, tenga esa gran
capacidad de sentirse un niño sano…
En ese instante recibí una de esas lecciones de ESPERANZA VIVA, que han hecho que mi camino sea más liviano y
que hacen que pueda ver el sol brillante después de la noche oscura…
En total hizo 5 compromisos, y
cuando fui a tomar su fotografía, me dijo: “tengo tapabocas, ¿cómo van a saber
que sonrío?
Le respondí: “Porque tus ojos sonríen siempre”….
Nury Esperanza Villaba S.
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