miércoles, junio 20, 2007

AHORA ME COMO LA VIDA A BOCADOS


" AHORA ME COMO LA VIDA A BOCADOS"

Milagros tiene 34 años. Su padre murió de cáncer de pulmón cuando tenía 57, sólo dos años después de que su hermano, de 21, falleciese a consecuencia de una leucemia. No son los únicos casos de cáncer que ha habido en su familia. Varias de sus tías y primas han tenido cáncer de mama y Milagros sabe que es portadora de un gen que le otorga una alta probabilidad de desarrollar uno de estos tumores a lo largo de su vida.

Hace un año que conoció su destino y reconoce que su vida ha cambiado radicalmente desde entonces. "Ahora me como la vida a bocados. Siempre he sido un poco así, pero ahora no me corto. Me encanta viajar, bailar, pintar... Disfruto de la gente que me rodea, les digo todo lo que pienso, todo lo que siento".

Hasta entonces, Milagros había vivido con el miedo al cáncer, con la sombra de una enfermedad demasiado cercana. Pero un día, sus tías, las hermanas de su padre, decidieron acudir a una consulta de consejo genético y hacerse las pruebas de ADN.

"Nos llamaron a mi otro hermano y a mí por si queríamos hacérnoslas también", recuerda. "Yo me lo pensé muchísimo, me preguntaba si de verdad quería saberlo, porque no es lo mismo intuir que pasa algo raro en los genes de tu familia que tener la certeza".

La confirmaicón llegó con los resultados: Milagros es portadora de un gen, BRCA1, que la predispone a padecer cáncer de mama. "Cuando te enteras te quedas helada, te aturdes y no escuchas lo que te están diciendo. Yo me llevé a mi marido a la consulta para que él atendiese las explicaciones porque yo no era capaz de asimilarlo todo".

Y sin embargo, después del hundimiento inicial consiguió verle 'el lado bueno': "Me acordaba de los que habían quedado atrás y pensaba que ellos no habían tenido la misma oportunidad que yo de controlar la enfermedad". Ahora cree que le ha ganado un punto al cáncer y asegura que no daría marcha atrás si tuviese que volver a andar este camino.

Una elección difícil

Fue en la consulta de consejo genético de la Fundación Hospital Alcorcón (Madrid) donde le explicaron todas las opciones que tenía a partir de ese momento. Una de ellas pasaba por hacerse una mastectomía radical e incluso quitarse útero y ovarios para reducir las probabilidades de aparición de la enfermedad.

Al principio Milagros se lo planteó, decidió emprender una 'lucha total' contra el cáncer: dejar de fumar, quitarse las mamas... Después se lo pensó mejor, "siempre quedaría alguna posibilidad de que el tumor apareciese en otra localización, ¿tendría entonces también que quitarme los dientes para que no me saliesen caries?".

Uno de los cuadros que ha pintado Milagros Decidió apostar por un seguimiento riguroso con mamografías anuales y análisis cada seis meses. "¡Y así pienso seguir! La esperanza es lo último que se pierde y si tiene que venir la enfermedad, vendrá". Procura hacer una dieta sana, evita las carnes rojas, está intentando dejar de fumar... eso sí, sin obsesionarse.

Los médicos también le dijeron que "tener hijos no era fiable", pero su marido y ella ya se han hecho a la idea. "Hace siete años que tuve un aborto y desde mucho antes ya me daba miedo que a mi hijo le pudiese pasar lo mismo que a mi padre o mi hermano. Llevamos 10 años casados y no hemos sentido la necesidad de tener un niño en casa. Si queremos tener hijos, adoptaremos".

Además, saber que su familia está marcada de alguna manera por sus genes les ha unido más. Han comentado entre sí todas las opciones y ven sus distintos puntos de vista, aunque reconoce que a quien más le afectó fue a su madre. "Ella ha perdido ya un marido y un hijo por el cáncer y sabe que puede perder a los otros dos, así que prefiere no saber mucho. Sabe que vamos a las revisiones pero pregunta lo justo".

Ella, por su parte, ha apostado por aprovechar al máximo su vida. "Me autoengaño pensando que las estadísticas son sólo cifras y pienso que a mí no tiene porqué pasarme". Esas estadísticas dicen que Milagros tiene entre un 60% y 70% de probabilidades de desarrollar un tumor de mama a lo largo de su vida, y casi un 40% en el caso de los tumores de ovario. Ella no hace caso y ha decidido seguir con su vida, sus viajes, sus cuadros... comiéndosela a bocados cada día.

www.elmundo.es

1 comentario:

  1. Anónimo11:10 a.m.

    YO tambien , me quiero comer la vida a bocados!!!!
    LUCIA

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