Un diagnóstico temprano y acertado es vital, pues mejora mucho el pronóstico de muchos linfomas, Pero diagnosticar un linfoma en sus comienzos no siempre es fácil, una persona puede presentar los siguientes síntomas :
- Ganglios linfáticos inflamados, sin dolor, en el cuello, las axilas o la ingle
- Pérdida de peso inexplicable
- Fiebre
- Sudoración nocturna profusa
- Tos, dificultad para respirar o dolor torácico
- Debilidad y cansancio que no desaparece
- Dolor, inflamación o sensación de hinchazón abdominal
Sí observas algunos de estos síntomas, consulta a tu médico.
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